Descripción:
Es un pequeño árbol o un arbusto de forma variable, de 4 a 6 m. de altura, con ramas espinosas formando una densa corona. Posee hojas caducas, obovadas y profundamente lobuladas, con el haz es verde negruzco y pálido en el envés. Sus flores blancas son olorosas, y su fruto ovoide, revestido de piel tierna y rojiza que encierra una pulpa dulce y una única semilla, de ahí su nombre, apareciendo raras veces dos.
Hábitat:
Crece en orlas y claros de todo tipo de bosques (carrascales, quejigales, pinares, marojales, hayedos, abetales, etc.), zarzales y matorrales de sustitución, setos junto a prados y cultivos, cascajos fluviales, pies de cantil y fondos de barranco o vaguadas junto a chopos y otros árboles ribereños.
Usos:
Sus frutos se recolectan en otoño después de las primeras heladas, para la elaboración de jarabes y tisanas.
Los brotes de hojas, todavía sin abrir, se añaden a verduras o ensaladas, como condimento aportando un sabor a avellana.
En medicina natural se emplea por sus propiedades de regulador cardiaco y dilatador arterial.